Incorporar a un nuevo empleado a una organización es un desafío tanto para la empresa como para el colaborador. Los primeros 90 días son críticos para lograr una adaptación exitosa, tanto a la cultura de la empresa como al rol que desempeñará. La implementación de un plan 30-60-90 días es una estrategia de onboarding altamente efectiva que facilita la integración del empleado, la claridad de sus objetivos y la rapidez con la que comienza a aportar valor.
Este artículo explica en detalle cómo implementar esta metodología paso a paso, para optimizar el desempeño y asegurar una transición sin contratiempos, beneficiando tanto al nuevo integrante como a la organización en su conjunto.
Estrategia de Incorporación 30-60-90 Días
El plan 30-60-90 días divide el proceso de adaptación en tres etapas de 30 días cada una, con objetivos claros y alcanzables en cada fase. Esta estructura permite que el empleado comprenda sus responsabilidades y objetivos en el corto y largo plazo, facilitando una integración exitosa.
Cada fase incorpora actividades específicas que ayudan a establecer una base sólida, fomentar la colaboración y, en última instancia, promover la independencia del nuevo integrante en sus funciones. Con este enfoque, el proceso de onboarding se convierte en una experiencia positiva tanto para el empleado como para la organización, logrando que el talento se alinee con la misión y los valores de la empresa desde el inicio.
Plan de 30 Días – Primer Mes de Adaptación
Durante los primeros 30 días, el enfoque está en la integración del nuevo colaborador con la cultura, el equipo y los sistemas de la empresa. Esta etapa inicial está diseñada para ayudar al empleado a familiarizarse con los valores y políticas de la organización, además de entender las expectativas del rol que desempeñará. En este primer mes, se busca que el empleado construya una base sólida de conocimiento y habilidades, necesarias para desempeñar con éxito su función.
Actividades Clave en los Primeros 30 Días:
- Capacitación Inicial
Es fundamental que el empleado reciba una introducción detallada sobre la misión, visión y políticas de la empresa, así como sobre los procesos clave que deberá seguir. La capacitación también debe incluir el uso de herramientas y software necesarios para sus tareas diarias, proporcionando el contexto y los recursos necesarios para facilitar su incorporación. - Conocimiento del Equipo y Red de Contactos
Para fomentar un sentido de pertenencia, es recomendable organizar actividades de bienvenida, como reuniones sociales o comidas, que permitan al nuevo integrante conocer a sus colegas de una manera más relajada. También se sugiere que mantenga reuniones individuales con los líderes de otros departamentos para que entienda cómo su rol se conecta con los objetivos globales de la empresa. - Definición de Objetivos y Expectativas Claras
Es crucial establecer desde el principio indicadores de desempeño clave (KPIs) y objetivos específicos para el primer mes. Esto ayuda a proporcionar una dirección clara, reduciendo la incertidumbre y permitiendo que el empleado se enfoque en metas alcanzables y significativas. - Uso de Herramientas de Gestión de Tiempo y Productividad
Implementar herramientas de gestión de tiempo y productividad, como sugiere WorkMeter, permite evaluar la eficiencia del colaborador en sus tareas iniciales. Este monitoreo no solo ayuda a ajustar el plan si es necesario, sino que también le da al empleado una estructura para manejar su tiempo de manera efectiva.
La Fase de 60 Días – Segundo Mes de Contribución Activa
Del día 31 al 60, el objetivo es que el empleado comience a contribuir de manera activa en proyectos y tareas que requieren una aplicación práctica de lo aprendido. Este segundo mes es clave para que el colaborador ponga en marcha sus habilidades en situaciones reales, con un nivel de supervisión moderado que le permita explorar y consolidar su aprendizaje.
Objetivos Clave en la Segunda Fase:
- Aplicación Práctica del Conocimiento Adquirido
En esta etapa, el nuevo colaborador debería asumir mayores responsabilidades, participando en proyectos que requieran que aplique los conocimientos adquiridos en el primer mes. Esto no solo fortalece su confianza, sino que también le permite identificar áreas de mejora. - Reuniones de Seguimiento y Evaluación
Programar reuniones de seguimiento periódicas ayuda a evaluar el progreso en los objetivos planteados, a identificar logros y a realizar ajustes si es necesario. Estos encuentros también fomentan la retroalimentación continua, esencial para el desarrollo del colaborador. - Construcción de Relaciones Interdepartamentales
Fomentar el desarrollo de una red de contactos en otros departamentos permite que el empleado entienda mejor el flujo de trabajo de la empresa y se involucre en proyectos transversales. Esto le otorga una perspectiva más amplia y le ayuda a ver el impacto de su rol en el éxito de la organización. - Retroalimentación Constante para el Crecimiento
La retroalimentación regular sobre su desempeño y logros permite que el empleado realice ajustes necesarios y avance con mayor seguridad hacia los objetivos del tercer mes. Este proceso también ayuda a mantener una comunicación abierta y a fortalecer la relación entre el empleado y su supervisor.
La Última Parte del Proceso – 90 Días
Del día 61 al 90, el objetivo es que el colaborador alcance un dominio completo de sus funciones. En esta fase final, se espera que el empleado sea capaz de manejar sus tareas de manera autónoma y comience a contribuir en la toma de decisiones y en la resolución de problemas más complejos. Esta fase marca la consolidación de su rol dentro de la empresa y su contribución al equipo de trabajo.
Metas Clave en la Fase Final:
- Desempeño Autónomo en el Rol
El empleado debería haber alcanzado un nivel de independencia en el cumplimiento de sus responsabilidades, gestionando eficazmente su tiempo y sus recursos. Este dominio del puesto es una señal de que el onboarding ha sido exitoso. - Establecimiento de Objetivos a Largo Plazo
Una vez completada la fase de adaptación, es útil definir objetivos a largo plazo que ayuden al colaborador a continuar su desarrollo dentro de la empresa. Esto facilita la alineación de sus metas personales con las necesidades y expectativas de la organización. - Evaluación Integral de Desempeño
Realizar una evaluación detallada al término de los 90 días permite a la empresa medir el impacto del nuevo empleado y establecer un plan de desarrollo para el futuro. Esta evaluación debe ser exhaustiva, revisando tanto sus logros como sus áreas de mejora. - Participación Activa en Proyectos Estratégicos
Al comprender mejor la dinámica de la empresa y su rol, el empleado debería estar listo para contribuir a proyectos estratégicos. Esto no solo impulsa su compromiso con la empresa, sino que también añade valor significativo a la organización.
Beneficios del Plan 30-60-90 Días en el Onboarding de Nuevas Incorporaciones
El plan 30-60-90 días no solo establece un marco estructurado para el nuevo empleado, sino que también reduce el tiempo de adaptación, mejora la satisfacción laboral y fomenta una relación de compromiso mutuo entre el colaborador y la empresa. Implementar esta estrategia permite:
- Reducción de la curva de aprendizaje
El nuevo colaborador entiende sus responsabilidades y objetivos desde el inicio, lo que reduce la incertidumbre y acelera su integración. - Fomento de la retención de talento
Un proceso de onboarding sólido y estructurado incrementa la probabilidad de que el colaborador se sienta valorado y comprometido, lo cual se traduce en una mayor retención de talento. - Evaluación continua del desempeño
Las revisiones en cada fase permiten a la organización identificar logros, realizar ajustes y asegurar el éxito a largo plazo del nuevo integrante. - Ambiente de trabajo colaborativo y alineado
Un proceso de integración efectivo ayuda a que el nuevo colaborador se sienta parte del equipo y comprenda cómo su rol contribuye al éxito de la empresa.
Conclusión
El plan 30-60-90 días es una estrategia integral de onboarding que ayuda a las empresas a incorporar a sus nuevos empleados de forma estructurada y efectiva. Este enfoque escalonado permite que el colaborador se sienta apoyado, a la vez que proporciona a la organización una forma de evaluar su rendimiento y su adaptación al equipo.
Implementar esta metodología es clave para empresas que buscan no solo optimizar la adaptación de sus empleados, sino también asegurar que cada nuevo integrante esté alineado con la visión y los objetivos de la organización desde el inicio.